13 oct 2007

Reflejos

Mi último poema
Hasta aquí mi último poema,
hasta aquí mi última sangre,
la que derramó mi pluma
en la batalla diaria de pensarte.
Hasta aquí tu nombre
que le decía a mi pensamiento
de jilgueros y hierbabuena
en el confuso laberinto de mi corazón.
Miguel Hernández, yo te la encomiendo,
acógela en tu patria estelar,
requiérela de tu almendro de nata y
por los altos andamios de las flores.
Hasta aquí mi último poema, mujer,
para que seas libre, libre de mí,
libre de mi palabra contumaz,
para que yo sea libre de tí,
de tu sonrisa carcelaria.
Mujer del norte,
yo que siempre ando buscando
el imposible atajo de olvidarte,
hasta aquí, digo,
hasta aquí mi último poema.
Gentileza de Q.C.A., un amigo.

10 oct 2007

La Zarzamora

Las zarzas están casi vacías, pero con el agua caida, el sol que nos calienta y los veraneantes en sus ciudades, aún quedan algunas. He tenido el privilegio de comer una con el rocío de la mañana sobre sus granos y la sensación fué deliciosa. Siempre las he comido calientes, a finales de agosto o principios de septiembre según las iba recogiendo... es imposible no hacerlo, aunque después sabes que vas a sufrir las consecuencias.
Este fruto se distribuye por toda Europa en los claros de los bosques
matorrales, así como en los bordes de los campos y caminos.
Zarzamora con el tronco gris,
dame un racimo para mí.
Sangre y espinas. Acércate.
Si tu me quieres yo te querré.
Deja tu fruto de verde y sombra
sobre mi lengua, zarzamora.
Que largo abrazo te daría
en la penunbra de mis espinas.
Zarzamora ¿dónde vas?
A buscar amores que tú no me das.
Federico García Lorca