La película que sobre "el artista maldito" he visto me ha encantado, aunque algunas críticas sean perversas y, como toda película, no se ajuste a la realidad. Me ha permitido ver más allá de lo que representaba y conocer la rivalidad que existía entre "Modi" y Picaso.
Él, cuando otros de su época pintaban bodegones y paisajes, se dedicó a la figura humana, principalmente mujeres, creando un estilo único caracterizado por el color de los ojos, la estilización de los cuellos, ojos almendrados, bocas pequeñas que recuerdan a los labios pintados de esos años, y narices torcidas.
Rechazó la corriente cubista relacionada con Picaso, insinuando que eran "pequeños trucos" y escandalizó al París conservador de la época con sus desnudos femeninos. Él, que inmortalizó a su mujer en una treintena de cuadros, dijo que "pintar a una mujer era poseerla".