Un día pasando temprano por una calle de mi pueblo, escuché un largo silbido de admiración que me hizo volver la cabeza para ver de dónde venía, pero no había un alma por la calle por lo que pensé que había salido por alguna ventana de las casas cercanas. Esto ocurre cada vez que paso por la misma casa, pero descubrí que no es sólo a mí a quien va dirigido, pues otras personas (hombres, muchachos, ancianos, incluso animales) caminan por el mismo sitio y siempre pasa lo mismo.
Al final, me encontré con la persona que cuidaba del "admirador" desconocido que resultó ser un loro! Ella me explicó que nadie le había enseñado a silbar de ese modo y le aseguré que merecía la pena pasar por allí sólo por escuchar ese silbido que nos levantába el ánimo desde muy temprano. Cada vez que paso de largo, no puedo evitar reirme a carcajadas. Seguro que es una buena manera de comenzar un día.
4 comentarios:
Tienes toda la razón amiga.
El que empieza el dia con una sonrisa por la mañana lleva mucho ganado al pesimismo.
Habra que ir por tu pueblo jajaja
Besitos
Si, jajaja, me gustaría que vinieras. Un beso
Entiendo que te hiciera gracia el silbido, pero si el loro viviera e el piso de abajo (como es mi caso) verías como no te hacía tanta gracia. No sabes lo que es estar escuchando constantes silbidos durante todo el día, sin parar, y a veces son más de las 12 de la noche, y como los dueños han olvidado de tapar a su lindo lorito, pues no hay quién duerma, así que ya ves que diferente es todo, según como se mire y como se viva, jeje. Un beso
Anónimo, lo siento por tí, porque tienes unos vecinos muy desconsiderados. A este loro no sólo lo tapan sino que lo meten dentro de casa por la noche para que no moleste a los vecinos. Supongo que si debe ser muy molesto. Un beso.
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