Las zarzas están casi vacías, pero con el agua caida, el sol que nos calienta y los veraneantes en sus ciudades, aún quedan algunas. He tenido el privilegio de comer una con el rocío de la mañana sobre sus granos y la sensación fué deliciosa. Siempre las he comido calientes, a finales de agosto o principios de septiembre según las iba recogiendo... es imposible no hacerlo, aunque después sabes que vas a sufrir las consecuencias.
Este fruto se distribuye por toda Europa en los claros de los bosques
matorrales, así como en los bordes de los campos y caminos.
Zarzamora con el tronco gris,
dame un racimo para mí.
Sangre y espinas. Acércate.
Si tu me quieres yo te querré.
Deja tu fruto de verde y sombra
sobre mi lengua, zarzamora.
Que largo abrazo te daría
en la penunbra de mis espinas.
Zarzamora ¿dónde vas?
A buscar amores que tú no me das.
Federico García Lorca
2 comentarios:
Muy a propósito Ana
ya van quedando pocas en las sebes, y siempre me encantó sobre todo cogerlas aunque con ellas aprendiera eso de "no hay rosas sin espinas"
Pues ¿sabes? paseando anteayer, ví muchas, pequeñas pero tan dulces...
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