Ludwig cambió rápidamente, tanto de mente como de cuerpo y sus fotos muestran cómo su apariencia pasó a ser la de un joven esbelto a la de un hombre enorme en solo unos pocos años. Entonces comenzó a pasar todo su tiempo en las montañas, en Hohenschwangau y Linderhof. Rehusó ver a sus ministros y prefirió la compañía de la gente de las montañas. Sólo se quedaba en Munich en pocas ocasiones.
El trauma final para Ludwig ocurrió poco después de la victoria de Prusia en la Guerra Franco-Prusa. Bismark pidió a Ludwig su aprobación para que Bavaria entrara en un unificado Imperio Alemán con Prusia como líder. La soberanía bávara se convirtió en una idea más que en una realidad y Ludwig en cabeza de una monarquía constitucional.
Estos eventos fueron responsables de su existencia reclusiva y de su pretendida "locura". El mundo nunca había sido amable con él y se apartó a un mundo propio. Esta fue la razón de los castillos que creó.
2 comentarios:
Te sigo, no creas que me olvido de ti.
Besitos
Gracias por entrar. Un abrazo
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